Si usted
se atreve, no dude en ir a la Hacienda la Cumaca, donde le ofrecen varias
alternativas, en una extensión de 2 mil hectáreas.
Después
de tomar la ruta, entramos al acogedor lugar con un toque campestre, cancelando
500 bolívares; más adelante, observamos un criadero de peces con varios tipos
de especies, como talapias, cachamas, sampedros y pabones, que al sentirnos
cerca creyeron que les daríamos de comer y formaron una especie de remolino en
la orilla, porque así lo hacen cuando se presenta el personal responsable de su
alimentación.
En una
laguna aparte rodeada de pequeñas chozas, alquilan cañas para practicar la
pesca deportiva en compañía de la familia, una vez atrapada la presa, en el
mismo restaurant puede cocinársele a su gusto, pagando el servicio de la
cocción.
Después
de una buena digestión, si desea, puede montar a caballo bien entrenado de
paso, por 1.500 bolívares, y recorrer esos grandes campos verdes que hacen de
La Cumaca, un sitio inolvidable.
Siguiendo
en el mismo sendero a pocos metros de la Hacienda La Cumaca, se encuentra una
casa cuyas instalaciones han permanecido intactas por más de 200 años.
Actualmente los propietarios ofrecen la posibilidad de realizar fiestas o
cualquier evento con montos muy modestos, sobre todo en el patio donde en los
viejos tiempos secaban café en el piso para luego ser procesado en la
trilladora que aún se encuentra en uno de sus rincones.




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