Ubicada cerca de Valencia, presenta una
sorpresiva alternativa para los amantes de la artesanía venezolana, con una
concentración de excelente tallistas trabajando con distintas técnicas.
Filosofía artesanal:
Muy importante es lo que destaca a todos y cada uno: no son artistas que pinten, esculpan, trabajen en barro, fabriquen joyería o lo que sea como pasatiempo mientras se mantienen con otras fuentes de ingreso económico.
¡No! Son artesanos que siguiendo la antigua tradición se han dedicado a la artesanía a tiempo completo y viven exclusivamente de ésta.
Asimismo, su énfasis se centra en la originalidad y creatividad involucrada en cada pieza en vez de una producción masiva de piezas en serie. Muchos incluso han desarrollado técnicas únicas o están rescatando los antiguos métodos en vías de extinción.
Por la naturaleza de la gente con está tendencia, otra característica muy común es la búsqueda de lugares campestres y tranquilos que estimulan la creatividad por estar alejados de las presiones, el ruido, el gentío y la congestión que no permiten para nada que la mente se concentre en nuevas ideas. Por esto, una autoidentificación usada por muchos es "campesinos del arte".
Por cierto, unos venden algo de su producción a través de varias tiendas. No obstante, la idea es mantener su punto principal de venta junto a sus talleres para permitir a los visitantes que conozcan personalmente a los artesanos y les observen trabajar para así apreciar todo el proceso.
Ellos subrayan que su filosofía no es sólo "vender". Comprometidos con la artesanía de por vida, sienten la gran importancia y obligación de asegurarse de que no se pierda esta tradición con el paso de los viejos artesanos. Por esto, muchos también ofrecen cursos en sus propios talleres que enseñan a futuras generaciones la continuación del patrimonio cultural artesanal.
- En otro ámbito:
Un
elemento a estudiar con la mayor seriedad en la creación de lazos afectivos
entre la comunidad y su patrimonio es el impulso de un turismo cultural y
educativo, apoyado también en el potencial artesanal que posee el sector y en
las bondades ofrecidas por el medio ambiente natural dominado por el pie de
montaña y el majestuoso río San Diego. Esta actividad debe orientarse por los
entes competentes hacia un turismo observador y no depredador, que asegure la
preservación de la naturaleza y de los bienes culturales, a la vez del
desarrollo sostenible y sustentable de la comunidad a través de la generación
de empleos y la mejora en la calidad de vida colectiva que desde diferentes
enfoques devendría (Páez, Op. Cit.).
En palabras de Páez, “una correcta aplicación de la actividad turística que desarrolle y fomente el oficio artesanal, y el empleo de políticas de defensa del patrimonio arqueológico, permitirá el éxito de la conservación y protección del entorno natural, así como el fortalecimiento de las expresiones culturales de nuestra comunidad”
En palabras de Páez, “una correcta aplicación de la actividad turística que desarrolle y fomente el oficio artesanal, y el empleo de políticas de defensa del patrimonio arqueológico, permitirá el éxito de la conservación y protección del entorno natural, así como el fortalecimiento de las expresiones culturales de nuestra comunidad”
De acuerdo al
análisis de los datos obtenidos en la ejecución del trabajo de campo, el nuevo
reordenamiento urbanístico de la comunidad consentiría la permanencia en sus
sitios de origen -con la debida valorización y custodia de los habitantes- de
las rocas rupestres de las estaciones El Corozo, El Altar de la Virgen y la
Piedra del Juego, teniendo forzosamente que removerse las demás hacia el
espacio museístico propuesto, desapareciendo las estaciones Piedra Las Caritas,
Piedra de La Greca, Piedra de la Espiral, Piedra del Camino, Piedra de la Rana
y Piedra de los Hombres. De esta manera se tendría un circuito integrado por
tres estaciones originarias y una nueva estación integrada por siete rocas
depuestas de sus oriundos lugares, acogidas por el nuevo espacio museístico.
Con esta nueva disposición de los bienes se consentiría el desarrollo mesurado y consciente del turismo cultural, creándose el conjunto de elementos o servicios necesarios y el espacio estructural que sirva de sede al personal humano capacitado encargado de llevar la planificación y ejecución de acciones dirigidas a tal fin.
Con esta nueva disposición de los bienes se consentiría el desarrollo mesurado y consciente del turismo cultural, creándose el conjunto de elementos o servicios necesarios y el espacio estructural que sirva de sede al personal humano capacitado encargado de llevar la planificación y ejecución de acciones dirigidas a tal fin.
La nueva dinámica
social y cultural sustentada en el nuevo ordenamiento jurídico emanado de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual propugna y
defiende la participación, el protagonismo, los derechos culturales y la
legitimidad política, obliga al diseño de políticas culturales basadas en el
diálogo entre las comunidades y los entes del Estado. Es por ello que las
fuerzas vivas de la comunidad de La Cumaca, de la mano con los entes
gubernamentales con competencia en la materia -a los cuales se dirigen
explícitamente estas reflexiones- están llamados en conjunto a sacar de la
ignominia el patrimonio cultural de esta localidad; a ellos el exhorto. Queda
pues, el presente cuerpo de ideas a la disposición para su discusión, debate,
enriquecimiento, desglose, aprobación o desaprobación.
Hasta aquí llega
el rol que como activador cultural se desempeña con la presente iniciativa,
quedando latente a la espera de respuestas que se desprendan de las bases
populares organizadas y la activación del aparato estatal venezolano, en pro de
colocar en su justa dimensión el potencial cultural de la comunidad de La
Cumaca y con ello los valores identitarios de la Nación.
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