Los alrededores de La Cumaca, cerca de Valencia, ofrecen tranquilidad, pozas y cascadas, petroglifos, artesanos y mucho más.
Los visitantes del estado Carabobo que llegan desde el este
y aprovechan la circunvalación alrededor del centro de
Valencia para seguir hasta Puerto Cabello y las playas, pasarán
la salida indicada para San Diego-La Cumaca. Pero, con seguridad,
muy poca gente ha pensado en investigar este sector que ofrece
sorprendentes alternativas de esparcimiento rodeadas por mágicas
montañas. Viví en Valencia por cinco años entre
1981 y 1986 y he observado la salida para San Diego-La Cumaca
centenares de veces durtante las últimas décadas.
Sin embargo, no la conocía porque nunca había encontrado
referencia alguna sobre atractivos en esta ruta y siempre
me había parecido que era otra vía más de penetración
rural. Aunque, últimamente en ese lugar se han venido
desarrollando diversas urbanizaciones satélites de Valencia.
No fue sino hasta hace unos meses que la visité por
primera vez, a raíz de cierta información sobre
la existencia de un campamento en La Cumaca.
La grata sorpresa fue descubrir que esta zona campestre cuenta
con múltiples ganchos para el turista. Por esto, después
de mi primera visita breve para ver el campamento, sentí
el deseo de regresar hace unas semanas para conocer más
detalles.
La Cumaca fue fundada en el año 1555 por indígenas
que dejaron sus huellas en todos los alrededores del lago
de Valencia -antiguamente conocido como Tacarigua y considerado
sagrado-, grabadas para la eternidad en piedra en forma de
petroglifos y en piezas de cerámica. Entre las últimas,
las más emblemáticas son las imágenes de las
diosas de Tacarigua con la característica única
de las cabezas planas y anchas.
Es probable que las mujeres que representan debieran su deformación
craneal a la presión aplicada con tablas amarradas a
sus cabezas desde temprana edad como un concepto estético
o específicamente para identificarlas como las diosas
de estos aborígenes.
Sus petroglifos, con formas antropomorfas y zoomorfas, que
posiblemente sirvieron como mapas y otras cosas desconocidas
(¿acaso es el graffiti del ayer?) salpican las montañas.
¡Incluso dentro del pueblo se pueden observar algunos!
Al entrar a La Cumaca, a la izquierda, hay un aviso que anuncia
un pequeño parque donde se protegen algunos de los petroglifos
de esta zona rica en arte rupestre indígena.
Según escritos del profesor Omar Idler, director del
Museo Antropológico de Carabobo, el nombre del pueblo
se debe a la voz africana "cumaca" con la que las etnias de
la familia lingüística caribe designaban al árbol
conocido como ceiba porque éstas usaban sus troncos para
fabricar el tambor africano llamado "cumaca".
El propio Idler ha llevado a cabo produndas investigaciones
sobre los importantes asentamientos indígenas de éste
y otros lugares en los alrededores del lago de Valencia.
Incluso, el descubrimiento de un importante petroglifo en
La Cumaca (todavía se puede observar ahí), con el
símbolo de una rana y encontrado antes sólo en Barrancas
(Orinoco) entre el año 1000 aC y el 1500 DC, parece confirmar
la teoría de la migración de los indígenas
desde allá hacia esta zona entre el año 1000 DC
y el 1500 DC.
campamento mágico
Desde la circunvalación oriental de Valencia, tome la
salida indicada para La Cumaca y siga por esta vía por
3 km (siempre conservando su izquierda en cualquier "Y") hasta
que llegue al lado de una quebrada con el balneario que es
lo más concurrido los fines de semana. Ahí cruce
hacia la derecha por una "batea" y doble hacia la derecha
en una vía paralela al otro lado de la quebrada. Continúe
en ésta por unos 700 m hasta que encuentre, a la izquierda,
la entrada con la identificación del Campamento Montaña
Mágica (por rsvnes.: 0241-808.7133, 0414-2907, 0416-648.0524).
Los propietarios, Martha y Manuel Araujo, me contaron que
vivían en Valencia y estaban planificando comprar o construir
una casa vacacional en Chichiriviche de Falcón. Pero
justo el 5 de julio de 1992 un amigo les mencionó que
existía un terreno ganadero en venta en La Cumaca que
debían ver. Pasaron a conocerlo en la tarde.
Fue amor a primera vista con el entorno entre montañas.
De inmediato, ellos trataron de contactar al dueño, lo
que lograron hacer a las dos horas para decirle que deseaban
comprar el terreno. El les indicó que ya tenía otros
dos interesados. Manuel le dijo que si no había recibido
la confirmación de ninguno de ellos a las 10:00 pm, él
estaba listo para comprarlo "al instante". A esa hora recibió
su respuesta positiva y a los dos días estaban en los
tribunales firmando los papeles (aunque todavía no contaban
con el dinero para su compra). Martha me contó: "Existe
un hechizo en este lugar rodeado por montañas, tranquilito
y bellísimo… algo totalmente mágico (a eso se debe
el nombre que le dieron al sitio) que nos atrapó de inmediato
y ¡nos tuvimos que quedar aquí! Desde ese momento, nos
olvidamos de Chichiriviche, pusimos nuestro apartamento de
Valencia en venta e iniciamos la construcción de nuestra
casa campestre permanente para mudarnos aquí lo más
pronto posible".
Cuando ya estuvo lista y ellos ocuparon su nueva vivienda,
empezaron a llegar los amigos y familiares todos los fines
de semana y en vacaciones para "compartir" con ellos. Ante
esta realidad, se percataron de que existía una fuerte
demanda para un sitio alternativo de esparcimiento cerca de
Valencia, Maracay y otras ciudades en la zona; que ellos tenían
suficiente terreno para una expansión y que el sitio
poseía mucho encanto por todos los atractivos del entorno.
Así que decidieron dar un gran paso hacia adelante para
establecer un campamento rústico con alojamiento, caneyes
para comedor y áreas sociales o de reuniones, e instalar
una piscina, canchas de futbolito y bolas criollas…
Ahora, además de contar con su vivienda permanente aquí,
ellos comparten el entorno con otros para visitas turísticas
por el día, eventos, estadía en la posada en cuartos
independientes.
Ofrecen campamentos vacacionales, talleres artesanales, excursiones
por las montañas en la ruta que atraviesa el Parque Nacional
San Esteban hasta Patanemo, visitas a los artesanos en la
zona (reseñados en mi artículo del domingo pasado),
paseos a caballo.
Todas las opciones se diseñan a la medida de cada cliente
(por esto, hay que consultarles sobre los precios que dependen
de la cantidad de personas, requisitos de equipos, comidas,
actividades y demás). Incluso, con la fuerte demanda,
dentro de sus planes está ampliar la cantidad de habitaciones.
Con su pasión por La Cumaca, su interés personal
por promover la zona y como parte del consejo comunal, han
impulsado un proyecto formal para el desarrollo turístico,
cultural y artesanal del pueblo basado en extensivos estudios
sobre los atractivos, la importantísima historia antropológica,
las oportunidades para proveer fuentes de trabajo a los moradores
y más.
Gracias a la bondad de esta pareja, en mi visita el 16-6,
Martha me explicó sobre el proyecto comunitario, los
talleres de artesanía que ofrecen y cómo le enseñan
a la gente sobre los petroglifos. Asimismo, me brindó
amplia información sobre los aspectos antropológicos
de la zona y me mostró una variedad de obras de los artesanos
de La Cumaca (ella también es artista; hace velas talladas
y pintadas).
Luego, aun con el poco tiempo disponible por mi parte y la
de Manuel, él me llevó a conocer la mayoría
de los supersimpáticos y talentosos artesanos.
Después visitamos unos de los preciosos pozos y cascadas
en la quebrada, como El Encanto. Me contó que éste
es el más bonito y grande, aunque hay que estar muy pendiente
si está muy profundo y porque en la base de la cascada
se forma un remolino.
Sin embargo, a todo lo largo de la quebrada y cerca del lugar
existen muchas partes lindas aptas hasta para niños.
El límite sur del Parque Nacional San Esteban empieza
apenas en la cota 600, a poca distancia del campamento. Subimos
hacia el sendero para excursionistas que se inicia un poco
más arriba del estacionamiento del balneario principal
en el pueblo (El Corozo).
Un poco más adelante por este camino, pasamos la Gruta
de la Virgen de Lourdes (identificada y ubicada al lado izquierdo
de la vía) considerada por el profesor Idler como un
"altar sobre un altar" dado que la imagen de la virgen está
montada encima de una enorme piedra con petroglifos grabados
en ésta.
Desde allá, pasamos a la abandonada planta (una de las
primeras en el país) que, desde 1913 hasta 1956, suplía
la energía eléctrica para los alrededores y hasta
El Pao, en el estado Cojedes.
Resulta obvio que La Cumaca no sólo encantó a los
Araujo sino también a otros, ya que recientemente en
este lugar se han filmado promociones publicitarias de la
empresa Polar y hasta para la telenovela "De Oro Puro".
Fuente: El Universal
Caracas, domingo 15 de julio, 2007
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